intramuros

mendoza 1635 - belgrano

 

una perforación en la frontera

un lugar robado a la demarcación del límite

un pliegue en la línea divisoria

un encuentro en medio de un borde

un ojo bifaz

 

 

En diciembre de 2001 Enrique Banfi inauguró un proyecto que se instaló, cuestionándolo, en el espacio entre lo público y lo privado. Concretamente, su obra está expuesta en la pared externa de una vieja casona de Belgrano, como una fuga del ámbito domestico hacia la vía pública.

La instalación consiste en una pequeña pantalla de televisión contenida en el muro, en la que los vecinos y la gente que pasa pueden ver escenas grabadas del otro lado. Las imágenes, discretamente luminosas, mínimas, casi quietas, no se exhiben sino que están, literalmente, expuestas.

Se trata de diversas secuencias registradas por el autor que, en tanto obra mostrada en la calle, plantean cuestiones en torno al derecho de uso de la vía pública como soporte de mensajes, el derecho del transeúnte a elegir lo que mira, el derecho del artista a transformar e invertir el sentido del contorno geográfico -las paredes- de la galería, el museo o su lugar de trabajo.

La mirada del público parece permear el velo del territorio privado. Una imagen registra en primer plano y en vivo los peces en la pecera del interior de la casa. Otras escenas corresponden a breves naturalezas muertas, ínfimos paisajes del jardín, o a imágenes de video realizadas o elegidas especialmente para este espacio.

La pantalla semioculta en la enredadera, el extraño equilibrio entre su pequeñez y la inmensidad del muro, el fuerte carácter pictórico de esas miniaturas oscilantes en blanco y negro, silenciosas, como cuadros vivientes, dan un rasgo esencialmente plástico y poético a la propuesta.

 

* La instalación puede verse en el 1635 de la calle Mendoza, todos los días, las 24 horas.